Pendientes realizados a mano en plata de 925, con engarce de piedra turquesa natural.

La turquesa contiene vetas en tonos marrones que nos transporta a la calidez del desierto. La plata se ha trabajado suavemente con una textura que nos recuerda los destellos y reflejos del sol en el agua.

En el antiguo Egipto la turquesa se veneraba como piedra de la diosa Hator, considerándose como un regalo que la misma diosa había entregado a la humanidad.

Una joya de autor, única y personal. Diseñada y realizada con mucho cariño. Hecha totalmente a mano, por lo que puede haber pequeñas variaciones con respecto a las fotografías. Esto es debido a la calidad artesanal de cada pieza que la convierte en única. Son piezas artesanales, no industriales fabricadas en cadena.